Moda o negocio: La lucha por la creatividad
Los conglomerados de moda están causado una estandarización creativa en el mundo de la moda que busca un mayor rédito económico pero limita la creatividad del sector
En su desfile otoño-invierno 2025 Dior nos presentó una serie de abrigos y chaquetas en color rosa claro y a su vez, Louis Vuitton utilizó el rosa claro como color central de su desfile para esta misma temporada. ¿Es este tono una nueva tendencia en hombres? Seguramente este año lo sea gracias a la influencia de los conglomerados sobre la libertad creativa en el mundo de la moda que nos hacen querer llevar sus productos disfrazados como tendencias.

Actualmente, la industria de la moda se rige por holdings. Por ejemplo, LVMH es dueño de 70 marcas dentro de los 5 sectores más importantes del lujo: vinos, moda, perfumes y cosmética, joyas y productos de distribución selectiva. Entre sus marcas encontramos: Dior, Louis Vuitton, Hermès y muchas más. Si pensamos en fast fashion, Inditex es dueño de Zara, Stradivarius, Pull & Bear entre otras.
Muchos podríamos pensar que las tendencias rápidas en las redes sociales han hecho que las marcas adopten ciertas estéticas parecidas las unas con las otras. Sin embargo, hay factores con mucho más peso (económico principalmente) que determinan lo que llevamos y limitan la creatividad estética de la moda.
Monopolización de las materias primas y recursos clave
Los grandes fabricantes tienen la capacidad de comprar la totalidad de la producción de determinadas materias primas necesarias para la fabricación de las prendas. Esto causa que los pequeños diseñadores se vean limitados a las “sobras de la industria” o a pagar precios exorbitantes para poder competir con las grandes casas de moda.
En 2023, Prada Group y Ermenegildo Zegna Group anunciaron una adquisición del 15% en el fabricante italiano de punto Luigi Fedeli e Figlio. Además, en 2021 estás dos empresas adquirieron conjuntamente una participación mayoritaria en el proveedor de lana y cachemira Filati Biagioli Modesto para asegurar la exclusividad de sus materias primas.
Uniformidad creativa
Volvamos al ejemplo del inicio. ¿Es una casualidad que Dior y Louis Vuitton usen una tonalidad similar como color destacado en sus desfiles? La respuesta es “no”. Aunque las marcas de un conglomerado tienen cierta independencia creativa, las decisiones finales suelen estar influenciadas por los intereses corporativos y las métricas de rentabilidad. Esto puede llevar a una homogeneización del diseño dentro de un grupo, reduciendo el espacio para riesgos creativos o estéticas disruptivas.
En sus colecciones femeninas de primavera-verano 2025 tanto Dior como Louis Vuitton nos presentaron las rayas como propuesta creativa, lo cual crea una correlación que el usuario y los medios de comunicación asumen como tendencia que se materializa en un incremento en las ventas.




A su vez, esto obliga los diseñadores pequeños a sumarse a estas “tendencias” o modas debido a que se convierte en lo que el comprador busca y causa una pérdida de las estéticas y siluetas disruptivas debido a la necesidad de que el negocio tenga rentabilidad.
Como decía el crítico de arte britanico, John Ruskin, «El arte no puede ser independiente de la vida; cuando la vida se industrializa, el arte se degrada.» La industrialización estandariza la belleza y por ello es fundamental prestar atención a aquellas modas que nos atraen, con el objetivo de analizar correctamente si son una imposición con objetivos financieros o un objeto de deseo que se sustenta en nuestros gustos y estilo personal.
– VALE | Pamplona, 2025